EDICIÓN 195
"En una comunidad cabemos todos, sólo hay que aprender a vivir con las diferencias de los demás", Wilmer Alonso Martínez, Juez de Paz en Fredonia.
En la vereda Sabaletas de Fredonia vive Wilmer Alonso Martínez Serna, un
campesino que jamás imaginó ser mediador de conflictos en su municipio.

Por la insistencia de su amiga Victoria Grajales, Wilmer Alonso terminó siendo
Juez de Paz, no sabía qué era eso, ni siquiera había escuchado el término, pero
Victoria confiaba en que él tenía las capacidades.
En 2018 Wilmar Alonso fue elegido como Juez de Paz por voto popular,
convirtiéndose en una autoridad de la justicia comunitaria.
Es un hombre tranquilo y sonriente, a sus 57 años está convencido de que el
diálogo es una herramienta que puede solucionar cualquier conflicto.
La llegada del Juez de Paz a las veredas, corregimientos y hasta en la misma
zona urbana de Fredonia, es apetecida, parece una brigada; se le arriman muchas
personas a saludarlo y a hablar con él.
“Don Alonso ha asumido este rol casi como un apostolado, y me parece tan
meritorio porque logró que la figura de Juez de Paz fuera reconocida y respetada
en Fredonia”, afirmó Victoria Grajales.
Y es que cómo no va a ser de admirar, si Wilmer Alonso en carpeta lleva
alrededor de 330 casos solucionados, sin contar todas las accesorias que
realiza, son muchas, ya perdió la cuenta, “todo el día yo recibo llamadas, y el
domingo, que es mi día de descanso, me dirijo a diferentes lugares para atender a
la gente de manera presencial”.
Wilmer Alonso tiene un hijo, vive con su esposa y trabaja en una finca de cítricos,
anteriormente tenía un negocio de ladrillos artesanales en Palomos, que se
derrumbó por fallas geológicas del corregimiento.
El rol de Juez de Paz lo hace por amor, no recibe ningún incentivo económico.
De su bolsillo salen los pasajes para transportarse a los diferentes lugares,
incluso, a veces la papelería que necesita para cada caso.
“Lo que más me gusta de ser Juez de Paz es servir, me llena de felicidad
cuando las personas me dicen: gracias a usted logré solucionar ese
inconveniente, o me dan una palmadita en la espalda, esa es mi recompensa”.
Hay muchas historias que han marcado a Wilmer Alonso ejerciendo su labor de
Juez de Paz, aquí una de ellas: “un muchacho con una moto estrelló a un carro, y
el señor del vehículo estuvo de acuerdo en que conciliaran, pero como el
muchacho de la moto era menor de edad tuvimos que ir a la casa a hablar con la
mamá, al llegar a la casa nos dimos cuenta de las condiciones en que vivían. El
muchacho trabajaba en la moto y era el que llevaba el sustento económico a su
familia. El dueño del carro me terminó diciendo: dejemos eso así y mejor
comprémosle un mercado a esta señora”.
Sus herramientas de trabajo son el celular, la bata de Juez de Paz y su empatía;
“antes de juzgar hay que conocer la realidad de los demás”.
Wilmer Alonso llegó académicamente hasta segundo de bachillerato, ha aprendido
un poco de Derecho y Psicología de manera empírica. “A mí me sorprende lo
habilidoso que es don Alonso con el celular, tiene una aplicación de Derecho en la
que revisa las leyes y se asesora para cada caso”, dijo Victoria Grajales.
Wilmer Alonso, junto con su amigo Arcángel, crearon la Escuela de Fútbol Oro
Molido en Palomos, corregimiento de Fredonia; un proyecto para incentivar la paz
por medio del deporte y el juego limpio. La escuela empezó con 15 niños y
actualmente hay más de 70 niños y jóvenes de todas las edades.
Lo que debes de saber sobre los jueces de paz
Los jueces de paz son personas particulares, elegidos por voto popular cada cinco
años y tienen la autoridad para resolver conflictos, cuando las partes involucradas
se lo solicitan.
Estos son los conflictos que puede atender un Juez de Paz:
● Conflictos de convivencia comunitaria.
● Circunstancias que pueden ser resueltas a través del diálogo.
● Disconformidad en el ámbito doméstico y convivencia familiar.
● Situaciones conflictivas en las que las partes tengan intereses económicos,
cuando su monto no supere 100 salarios mínimos vigentes.
● Desacuerdos sobre deudas e intereses y demás conflictos propios de los
particulares y la comunidad.
● Diferencias sobre arrendamiento de inmuebles.
En el Suroeste de Antioquia solo hay dos jueces de Paz, Wilmar
Alonso en Fredonia y Lilián Vanegas en Salgar; dos hombres que
demuestran que la paz comienza en cada comunidad.
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Por: Valentina Cadavid Posso