El Suroeste se hizo escuchar en Támesis

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Por Sebastián Restrepo
Visión Suroeste

Se terminó este sábado 26 de septiembre la segunda visita al territorio de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales -ANLA, como parte del proceso de evaluación del Estudio de Impacto Ambiental -EIA del proyecto Minera de Cobre Quebradona de la multinacional sudafricana AngloGold Ashanti.

Después de su primera visita el pasado mes de marzo a Jericó, la ANLA, a solicitud de las comunidades, líderes ambientales y empresariales, decidió realizar una segunda visita a campo, para incluir en su proceso de evaluación las posibles afectaciones sobre el vecino municipio de Támesis. Además, el alcalde Juan Martín Vásquez Hincapié y el Concejo Municipal en pleno, decidieron declarar a Támesis tercero interviniente en el proceso de licenciamiento ambiental.

La Caja de Compensación Familiar Comfama, al presentar a la opinión pública los resultados de sus estudios independientes, evidenció las afectaciones, tanto sociales, como bióticas y abióticas que tendría el proyecto en Támesis (aspecto ratificado por Corantioquia en su concepto técnico del estudio).

Leer: «El proyecto minero no es compatible técnica y ambientalmente con nuestro parque ecoturístico», Comfama sobre suspensión de proyecto de parque en el Suroeste

Si se otorgara la licencia ambiental, el proyecto atraería a más de 3.000 personas, en su mayoría hombres, y quedaría a escasos 4.5 km del corregimiento de Palermo en Támesis y a 8 km del casco urbano de Jericó.

Durante varios meses se prepararon para recibir la visita de la comitiva de la ANLA, en un proceso de organización social, técnica, jurídica, cultural y política, liderado desde múltiples actores sociales, empresariales, institucionales del Suroeste y del Departamento, de la mano de la Alcaldía de Támesis, ONG e instituciones; las personas, colectivos y grupos sociales tales como la Iglesia Católica y los pueblos Emberá Chamí del Suroeste, el COA, el CODEATE, la Mesa Ambiental de Jericó, la Mesa Técnica del Suroeste, la Red de Jóvenes Suroeste 2050, Suroeste Vive y Visión Suroeste, entre muchos otros, para condensar el esfuerzo que desde la llegada de la amenaza minera se ha hecho por la defensa territorial.

Todos nosotros sabemos bien que lo que está en juego no es un proyecto de minería de cobre, sino un gran distrito minero, en donde el Nuevo Chaquiro es solo el 20% de lo que pretenden extraer.

Sabemos que el proyecto de AGA es el más avanzado de varios proyectos de megaminería de metales en lo que se conoce como el Cinturón de Oro del Cauca Medio. Para ser precisos, el modelo de desarrollo de nuestra región se está decidiendo desde los escritorios de AngloGold Ashanti en Sudáfrica y en otros países.

El problema fundamental, desde la ley, es la separación del suelo y el subsuelo (o la administración de los recursos del subsuelo y el ordenamiento territorial) que desconoce que ambos hacen parte de una unidad integral. Es decir, sobre dichos yacimientos hay historia, familias, casas, cultivos, culturas, apuestas productivas, cuencas, vidas y ecosistemas.

Para ser precisos, sobre los yacimientos que hoy posee AngloGold Ashanti, entre Jericó y Támesis, se observa uno de los paisajes rurales más hermosos, ricos y frágiles de Antioquia y Colombia. Una riqueza que desde la mirada de una empresa y un sector que se enfoca en sus minerales (cobre, oro, plata y molibdeno, entre otros), minimiza e ignora en sus estudios. Peor aún, la exclusión de Támesis y en particular, del corregimiento de Palermo y sus veredas en el estudio, no solo es una falta de rigor técnico, sino una omisión con motivaciones políticas.

En Jericó la minera ha aplicado todos los métodos comunicacionales, contractuales, políticos y sociales para consolidar el mensaje de que la mina es “la gran apuesta de progreso”, y sustentados en su relato dominante y en esa falta evidente de mecanismos efectivos de participación, donde ni las comunidades ni el gobierno local pueden hacer nada para evitar que pase, han vendido el proyecto como algo inminente, en clara articulación, por supuesto, con el alcalde y el Representante a la Cámara de Jericó.

En las visitas de los profesionales de la ANLA, que en cada uno de sus recorridos fueron acompañados por equipos técnicos, Administración Municipal, líderes territoriales, concejales y habitantes del territorio, pudieron no solo evidenciar lo ya dicho en los estudios de Comfama y Corantioquia, respecto a la importancia de incluir a Támesis dentro del área de influencia, también estuvieron en presentaciones que de manera inteligente, respetuosa, amorosa y sustentada, exhibieron las riquezas que comprenden la ecología de nuestro paisaje del valle interandino donde se encuentran el río Cartama con el Cauca Medio.

El encuentro socio-económico que la ANLA tenía programado para Támesis fue iniciado por el obispo de Jericó, Monseñor Noel Antonio Londoño Buitrago, quien resaltó la encíclica Laudato Si’, y bendijo el encuentro que contó con la presencia y el conocimiento de expertos en la biodiversidad del territorio, tanto en aves, como en botánica y mamíferos, quienes evidenciaron las afectaciones que un proyecto de tal magnitud puede generar en la fauna y flora del territorio.

Conocimos que entre los municipios de Támesis y Jericó se han registrado más de 400 especies de aves (casi la totalidad que se registra en el continente europeo), entre ellas cerca de 120 especies endémicas de Colombia. Escuchamos de las voces de los dos académicos actuales con mayor trayectoria, expertos en antropología y arqueología en el Suroeste, sobre la importancia ancestral de este encuentro de valles habitados por comunidades humanas desde hace más de 3.000 años a. de C. en uno de los territorios de importancia nacional arqueológica junto a San Agustín y la Sierra Nevada de Santa Marta. Los expertos expresaron la importancia de avanzar y consolidar la investigación, protección y enseñanza del patrimonio arqueológico.

Justo ahí, cerca al encuentro del río Cartama con el Cauca, AngloGold pretende construir un enclave minero. Escuchamos la profunda relación que los pueblos indígenas Emberá Chamí del Suroeste, y en especial que la comunidad del resguardo La Mirla, tiene con la montaña, sus ríos, sus petroglifos, y todo lo que significa el territorio para su cultura que está en alto riesgo con el proyecto minero.

Se escucharon las voces de hombres y mujeres campesinas, de los colectivos de defensa, los concejales, los y las jóvenes, los líderes de Palermo. Los gremios del café, los cítricos, los aguacates y representantes de los cafés especiales y el turismo contaron sus apuestas y visiones, y expusieron por qué el distrito minero representa un grandísimo riesgo para cada uno de ellos. Nos acompañó también el senador Juan Felipe Lemos de la U, escuchamos la voz de apoyo de la senadora Paloma Valencia, también de Germán Blanco, presidente de la Cámara de Representantes; de Iván Marulanda y de Jorge Enrique Robledo.

Por último, Proantioquia, desde la voz de su Directora Ejecutiva hizo un análisis serio y contundente de los aspectos a mejorar en los procesos de licenciamiento, conflictos entre el suelo y el subsuelo, y la carencia de mecanismos de participación efectiva. Sostuvo, en nombre de la institución privada más relevante actualmente en Antioquia, la gran preocupación que existe con este proyecto y la necesidad de estudios más profundos.

Leer: Proantioquia tercero interviniente en el proceso de licenciamiento ambiental de Minera Quebradona

Al finalizar todas estas presentaciones, la ANLA logró hacerse una idea amplia y sólida desde diversos campos del conocimiento, grupos sociales, instituciones, pensamientos e incluso ideologías, que el proyecto minero conlleva más riesgos y afectaciones que los beneficios económicos temporales que promete.

Lorena, quien habló en nombre de la Red de Jóvenes Suroeste 2050, expresó: “Acogemos y arropamos cada una de las ponencias que se han hecho y se van a hacer en este recinto”. Tenía razón, porque el mensaje al unísono es que la riqueza del Suroeste no está en sus minerales, no está dentro de las montañas, sino sobre ellas: está en su capital humano, natural, cultural, y ancestral.

Jonathan, joven de Palermo, le preguntó a Rodrigo Suárez, y a todo el equipo de la ANLA, y a través de ellos, al Estado en su totalidad: ¿Qué riesgos implicaría para el futuro de mis 270 compañeras mujeres de la Institución Educativa de Palermo, con 400 estudiantes, si, en el escenario de la aprobación de dicha licencia, irrumpe en nuestras vidas una nueva centralidad minera, con más de 3.000 personas, en su mayoría hombres, como nuestros nuevos vecinos?

Lo que sucedió en Támesis este fin de semana, fue un despliegue de conocimiento, sentido de pertenencia, de dignidad, y de fuerza de una pluralidad de voces que se encuentran en un momento histórico para nuestro territorio y nuestro país.

En Támesis se evidenció claramente el gran capital social del Suroeste, los profundos lazos de los que lo habitan y el valor integral de esta tierra. Será entonces, muy difícil, sustentar una decisión distinta a la negación de esta licencia para los técnicos de la ANLA. Todos en coro, en una sola voz, impulsados y conmovidos por la fuerza de los y las jóvenes, les mostramos el paisaje de riquezas que significa el Suroeste. En ellos está el decidir por un modelo de desarrollo impuesto, ilusorio y temporal, cortoplacista y destructivo, o por el de la potencialidad que sin duda puede surgir de las sinergias de todo ese talento, diversidad, inteligencia y amor que presenciamos.

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